Patología auditiva

¿Qué es la sordera o hipoacusia?

La incapacidad que presentan determinadas personas para percibir los sonidos a intensidades consideradas como normales.

La sordera es uno de los déficits más frecuente en nuestra sociedad y su incidencia va en aumento. En adultos provoca discapacidad, pero, si surge en los primeros años de vida impide a los niños adquirir lenguaje normal, lo que conlleva aislamiento de los demás y alteraciones en el conocimiento.

En el caso de los adultos, como al sordera o hipoacusia se va implantando de forma progresiva, pasa desapercibida en las primeras fases por el paciente, y son los familiares o personas de su entorno los que identifican el problema, cuando ven la TV demasiado alta, tener que repetir frases con frecuencia, etc.

El paciente se da cuenta cuando está en reuniones familiares. La persona afectada oye las palabras, pero no las entiende. Esto sucede cuando el sonido se dispersa. Sin embargo, cuando está en un sitio ruido ambiental y con una o dos personas la deficiencia pasa desapercibida.

En el caso de los niños en los cuales es primordial el diagnóstico temprano, a parte de las pruebas que se les hacen como despistaje o screening auditivo a todos los niños al nacer, sorderas de afectación media puede tratarse en diagnosticar porque el niño aparentemente oye normal y responde a estímulos auditivos. Sin embargo, el lenguaje deficitario y tarde en responder tanto en casa como en la guardería o escolarización temprana.

Diagnóstico de la sordera o hipoacusia

Mediante una audiometría se obtendrá la mínima intensidad de sonido que es capaz de percibir al paciente.

Las pruebas que se realizan son diferentes según la edad.

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Niños

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Menores de tres años

En este caso, las pruebas son automáticas y no precisan la colaboración el paciente. Al niño se le realiza un electroencefalograma y, a la vez, se le envían estímulos auditivos. Si el niño los percibe, se producen alteraciones en la gráfica de electroencefalograma que nos permite diagnosticar que el niño ha percibido el sonido y a que intensidad.

Asimismo, otra prueba es la audiometría por el juego.

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A partir de 4 años

En esta edad, ya se precisa de la colaboración del niño. En estos casos, se realiza una audiometría tonal liminar. En dicha prueba, se van pasando sonidos y va contestando hasta el momento en que deja de percibirlos: ese será su umbral auditivo.

En estos casos, se deben estudiar las dos vías por donde se transmite el sonido:

  • Vía aérea: el sonido pasa desde la oreja hasta el oído interno pasando por el tímpano.
  • Vía ósea: el sonido pasa directamente por cualquier punto del cráneo hasta el oído interno y cerebro.

Saber si se encuentran afectadas una o ambas vías, orientará a la hora de desarrollar un diagnóstico y dónde se puede situar la lesión, así como el posible tratamiento.

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Adultos

La primera prueba a realizar es:

  • Audiometría tonal liminar.
    Donde el paciente contesta hasta que deja de percibir los sonidos que se emiten y, así, se logra determinar su umbral auditivo.
  • Audiometría vocal o logoaudiometría.
    Esta prueba es clave, ya que, gracias a ella, se obtiene la discriminación auditiva para palabra. En este caso, se pasan listas de palabras a diferentes intensidades y se anota cuál es la intensidad donde el paciente responde correctamente al 100%  de las palabras emitidas. Además, también se obtiene el umbral doloroso (cuando a los pacientes les duele o molesta las palabras al oírlas). Por último, se determina el posible reclutamiento (intensidad de sonido donde el paciente, aunque se le hable más alto, entiende peor).

Diagnóstico

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Niños

Si la hipoacusia se debe a alteraciones o cuadros como Otitis, con acúmulo de moco en tímpano, se realiza un drenaje del moco y, con ello, se restaura la audición.

En el caso de que afecte a nivel del nervio auditivo, se debe realizar un diagnóstico lo más certero y ajustado posible. En esta ocasión no se cuenta con ningún tratamiento curativo, médico o quirúrgico. Por ello, si la sordera lo permite (existe respuesta auditiva), se opta por audífonos adaptados.

Si la sordera es severa y bilateral, se realiza un implante coclear, intervención quirúrgica sin gran dificultad mediante la cual el niño oye, aunque requiere de una reeducación auditiva posterior que le permita sacar el mayor rendimiento a este dispositivo.

02

Adultos

Una vez se obtenga el diagnóstico auditivo, en el caso de que la afectación sea a nivel de oído externo u oído medio, se puede optar por el tratamiento médico de la otitis.

En el caso de que se trate de una Otosclerosis (un tipo de enfermedad hereditaria que provoca una alteración de los huesecillos del oído medio), siempre y cuando no se vea afectado el nervio auditivo, se puede optar por una intervención quirúrgica, que suele ofrecer grandes resultados.

Si se trata de una Hipoacusia Neurosensorial, afectación a nivel del oído interno, no se cuenta con un tratamiento médico ni quirúrgico y, por ello, se opta por el empleo de audífonos.

El tipo de audífonos a escoger vendrá determinado por los resultados de una audiometría verbal. En estos casos, para lograr la mejor adaptación posible, es imprescindible conocer la discriminación auditiva para la palabra, así como el umbral del dolor de la persona afectada.

Si solo se realizase una audiometría tonal mediante sonidos, puede ser que el paciente no solo no oiga mejor, sino que le moleste el audífono, ya que amplifica sonidos a unos niveles que no le son soportables. De hecho, en muchos casos se debe realizar un entrenamiento auditivo para estimular su discriminación y, así, obtener un mejor rendimiento de la adaptación.

Ahora bien, en todos los casos es el profesional quien debe decidir el tipo de prótesis que se debe colocar al paciente, teniendo en cuenta, además de los criterios auditivos, el tipo de vida de cada persona. Evidentemente, es muy diferente el tipo de vida que lleva una persona con una vida profesional activa, que un jubilado con poca relación social. Otro factor a tener en cuenta sería la psicomotricidad de la persona, ya que, si se opta por un audífono pequeño en el caso de una persona con problemas en las manos, no va a ser capaz de manipularlo de forma adecuada.

Es muy importante tener en cuenta todos estos elementos a la hora de adaptar cualquier tipo de prótesis auditiva.

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